lunes, 19 de noviembre de 2012

Este blog forma parte del proyecto narrativo Cuéntamelo Todo, bajo la dirección del maestro Sandro Cohen dentro de la materia de Redacción Universitaria del Departamento de Humanidades, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco



Al internarme más en su vida privada descubrí que ella era madre soltera. Me sentía engañado, furioso, confundido. No sabía cómo tomar esta noticia. Le pregunte “¿cómo era esto posible?” y ella respondió, que fue un acontecimiento involuntario pues no lo había planeado.
El hecho de que no haya sido plenamente sincera conmigo, ocasionó una ruptura momentánea en nuestra relación, ya que la situación era nueva para mí. El que no tuviera la confianza de no decírmelo me provocó una profunda tristeza y decepción. Me costó mucho trabajo entender esta nueva realidad, pero a diario me preguntaba si mi postura ante este tema era el correcto y si la pobre criatura tenía la culpa del acontecimiento. Lo más difícil fue aceptar que el padre de la niña la frecuentara. Me causaba malestar, celos, rabia, ya que consideraba las visitas como un pretexto para ver a Ana. Pasamos largos y fatigantes meses de discusiones; pero por fin aclaramos todo y empezamos a sobre llevar las cosas.
El 10 de marzo de 2009 le pedí matrimonio y fue una escena sumamente conmovedora. Recuerdo perfecto ese día. Eran como las 9 de la noche, ella se encontraba con su familia. Le lleve mariachis y un arreglo floral enorme. Salió a darme las gracias y en ese momento puse mi rodilla en el suelo, le puse el anillo en la mano izquierda y le solté la bomba, respondió con un sí. Fue el momento más feliz en toda mi vida. Nuestra boda fue el 26 de diciembre del mismo año. Fue una boda linda y muy sencilla, pero eso si estaban con nosotros las personas que más nos apreciaba.
Todo marchaba perfecto, mi matrimonio con Ana estaba lleno de dicha pero un día de camino al trabajo, comencé a sentir un dolor intenso en la cabeza y me alarme mucho, así que decidí ir con el médico a que me revisara. Al llegar con él, pensé que era un simple malestar y solo me mandaría analgésicos. Pero el doctor me realizó estudios para descartar cualquier anomalía.
Los resultados me los dieron el lunes 5 de marzo de 2012. Me diagnosticaron cáncer terminal. Pensé que todo marchaba perfecto y que tendría un futuro prometedor pero ahora me encuentro ante esta fatal y triste realidad. Lo peor es que no se cómo decírselo a mi amada.
Pienso que lo mejor es abandonarla y pasar mis últimos días solo. Los días que me restan imploro a dios que me lleve pronto y que mis familiares no sufran al enterarse de esta terrible noticia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Este blog forma parte del proyecto narrativo Cuéntamelo Todo, bajo la dirección del maestro Sandro Cohen dentro de la materia de Redacción Universitaria del Departamento de Humanidades, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco



Me considero un hombre con principios, buenos sentimientos y con excelentes valores morales y que tiene bien definido lo que quiere.
La educación que mi familia me ha dado es la mejor: respeto por las personas, amabilidad al pedir algo, no ambicionar las cosas ajenas (esto quizá suene a mandamiento pero no lo es), y sobre todo siempre me han dicho que debo de tratar bien a las mujeres porque de una vengo. Todos estos excelentes fundamentos son producto de dos mujeres maravillosas (mi tía y mi mamá), que sin su ayuda no sería el buen hombre que hoy me considero. Por lo dicho anteriormente, es por lo que no concibo la idea de tratar mal a las mujeres, pues merecen mi respeto y admiración.
Recuerdo perfecto cuando iba al bachillerato, sobretodo una relación que tuve en agosto del 2006. La conocí, ella se llama Ana Gabriela Casilda Maya, cuando la mire y vi su hermoso cabello y su tierna sonrisa, pensé que un ángel había caído del cielo, pues nunca había visto mujer más maravillosa en este mundo.
Me dispuse a hablarle, pero al estar frente a ella enmudecí, ya que los nervios me consumieron y no pude expresar palabra alguna y decreté intentarlo al día siguiente.
Para el segundo intento me mentalice, tome valor y fui a enfrentarla. Al estar frente a ella la salude y me correspondió el saludo con una sonrisa; es un momento que nunca voy a olvidar pues fue de los instantes más felices en toda mi vida. La invite a salir y acepto.
Al siguiente día la lleve al cine y la invite a cenar. En la cena no pude contenerme más y le confesé mi amor, ella quedo sorprendida (quizá porque no se esperaba mi acelerada propuesta) y me respondió que mejor nos conociéramos un poco mejor. Al borde de las lagrimas, por la decepción, conteste que sí.
 Pero esto no logro suspender mi empresa, pues estaba dispuesto a pasar por los mayores obstáculos y evadir cualquier problema que se me presentara.
Comencé por mandarle cartas, flores, chocolates y nada parecía convencerla del amor que yo sentía por ella. Decidí subir de nivel y le lleve una orquídea y coloque una manta enorme en la escuela que decía ¿quieres ser mi novia? Y ella acepto. Esto me hizo muy feliz.

domingo, 4 de noviembre de 2012

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El albor del ocaso
Me pregunto porque mi mamá le aguanto tantas humillaciones y malos tratos a mi padre; y también pienso en los motivos, por los que mi padre decidió destrozar la vida de tantas personas.
Las cicatrices que dejaron en mí la relación de mis padres, me hizo reflexionar en muchas cosas: si existe el amor verdadero, si algún día llegare a encontrar una mujer que llene todo mi mundo y de llegarme a casar ¿mi matrimonio será como el de mis padres? Los fantasmas de mi pasado aun están presentes en mi cabeza y eso me preocupa.
En mis relaciones siempre procuro dar lo mejor de mí y espero ser correspondido de la misma manera. Me gusta tratar bien a las mujeres, ser detallista, decirles cosas tiernas, entregarles todo mi corazón, aunque esto en ocasiones no es suficiente.
He descubierto, por desgracia, que a las mujeres ya no les gustan los detalles, lo romántico y la forma en cómo las cortejaban antes. Ahora solo les interesa el sexo y las cosas materiales.
Mis experiencias vividas son testigo fiel de lo que digo. En mi caminar por la vida he visto a mujeres muy guapas, hermosas, inteligentes, pero por desgracias siempre están acompañadas de hombres que no las merecen (y no me refiero a lo físico). Las veo y parece como si la inteligencia que tienen no les sirviera para nada: pues las maltratan, las humillan y no les dan el lugar que se merecen. Es como si la relación de mis padres se repitiera una y otra vez en mí andar.
Cuando se encuentran a tipos como yo, escasos por cierto, es como si les proyectaras una película de terror, les da pánico, y no saben qué hacer. Parece como si les agradaran más los malos tratos del resto de los hombres que los buenos momentos que les podemos ofrecer. Cuando pones frente a ellas la oportunidad de cambio, corren como despavoridas, porque están tan acostumbradas a lo común, y cuando algo distinto aparece las turba.
Lo que digo probablemente suene a reproches por parte de un hombre dolido y despechado, quizás si o tal vez no.
No pretendo hacer un debate acerca de este tema pero la realidad es que en el mundo hay mujeres y hombres que en ocasiones no merecen el cariño de nadie.

sábado, 27 de octubre de 2012

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Después de la segregación
Después de la separación, mi mamá tuvo que pensar a donde podríamos vivir y la única persona que nos ofreció ayuda fue mi tía María (hermana de mi mamá). En aquellos años mi tía vivía con mi tío (hermano de mi mamá) y mis abuelos maternos. Mi madre agradeció la ayuda y acepto la colaboración de mis familiares.
Mi mamá tardo muchos años en reponerse de las tremendas heridas que le dejo la relación tan longeva que tuvo con mi padre; soportó golpes, humillaciones, el maltrato a sus hijos.
Mi madre pasó muchos años de su vida sin trabajar, ahora se encontraba ante una situación nueva para ella: tenía que conseguir trabajo, dar educación a sus hijos, pagar la manutención de una casa y ser padre y madre.
El máximo grado de estudios con el que ella contaba era la primaria terminada.
Aunque ella siempre decía que todo estaba bien. Su rostro reflejaba la incertidumbre y por su cabeza solo navegaba la idea de ¿Qué, hacer ante esta situación? No tenía experiencia en ningún campo laboral, y nosotros necesitábamos dinero para comer, para educación, para ropa, etcétera.
Tras largos días de búsqueda y desesperación, logro encontrar un buen trabajo, pero el dinero que recibía no le alcanzaba para mantener a 4 niños y decidió buscar otra fuente de ingresos. Determino dedicarse, por las noches, a ser bailarina en un table dance, cuando me entere de la actividad  a la que mi mamá se estaba dedicando (por darnos la mejor de las vidas) sentí, pena, rabia, rencor, contra ella y decidí enfrentarla.
Al verla le pregunte el porqué de esta osadía y con lagrimas me respondió que en ocasiones una madre hace cualquier cosa por la felicidad y comodidad de sus hijo. Ella me juro no haber estado con ningún hombre y  que jamás se prestaría para ninguna otra cosa.
Le creí pues en su rostro no logre percibir la mentira. Mas dentro de mí comenzó a crecer un cólera, ya que mi madre no tendría motivos para estar en esta situación. Pero mi padre no quiso cumplir con sus obligaciones y opto por la solución fácil que es no conceder el soporte monetario para nosotros.
Desde entonces no veo a mi padre pues considero que fue un poco hombre al hacerle eso a mi mamá, ya que no le basto con destruirle la vida por 20 años.
 A mi madre la considero como una gran mujer, pues tuvo que pasar por muchos malos ratos para hacer de mí y mis hermanos lo que hoy en día somos.


domingo, 21 de octubre de 2012

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¿Ejemplo a seguir?
Cuando niño veía como a un héroe a mi padre. Todas las actividades en las que él participaba me parecían muy agradables. Incluso llegue a desear ser como él cuando alcanzara la mayoría de edad, pero con al paso de los años me percate de los múltiples defectos que poseía mi padre.
Desde mi infancia mi padre me dijo que los hombres no deben llorar y que tienen prohibido demostrar sus afectos. En esta época no tomaba en cuenta las palabras que me decían. Pues mi mayor preocupación era jugar, comer y dormir. Mientras crecía las palabras y consejos que mi padre decía de pronto comenzaron a tener otro significado. Ahora causaban conflictos y preocupaciones en mi cabeza cosas que anteriormente no tenían sentido ni mucho menos importancia.
Mi padre es un macho conservador que ve a la mujer como una maquina con tareas establecidas: atender a los hijos, mantener su casa limpia y en orden, hacer la comida y desvivirse por atenderlo como a un rey.
Él consideraba que con proveer de capital al hogar cumplía con las obligaciones que la sociedad establece: gastos médicos, alimenticios, educativos, y de vestimenta. Yo no estoy de acuerdo con esto pero no podía modificar nada.
Nunca tuvo un detalle romántico con mi mamá ni nos mostro cariño. Nuestros días más felices eran cuando él estaba bajo los efectos del alcohol. A pesar de lo increíble que parezca es cierto, ya que nos llenaba de afecto y nos compraba lo que se nos antojara.
Mi decepción iba en aumento con el paso de los años, ya que él no quería cambiar su actitud. La situación comenzó a empeorar por que no solo seguía con su postura poco agradable; ahora le agrego su mal carácter y sus malos tratos. Esto ocasiono que la relación entre mis padres se fuera deteriorando día con día.
“Por desgracia”; mejor dicho para fortuna nuestra mi mamá se dio cuenta a tiempo del daño que nos causaban sus interminables discusiones y decidió ponerle punto final a su relación. Fue una decisión difícil, aunque creo fielmente que es la mejor decisión que pudo tomar.
Estuve muy orgulloso de mi padre y lo idolatraba pero con su manera de actuar fue decepcionándome.
Todo lo que pase me ha servido de experiencia para mí vida y por lo menos voy a procurar no ser como mi padre.
Esta historia ha ocurrido en muchas familias de México pero creo que muy pocos nos atrevemos a contarla sin el temor al que dirán.