Me
considero un hombre con principios, buenos sentimientos y con excelentes
valores morales y que tiene bien definido lo que quiere.
La
educación que mi familia me ha dado es la mejor: respeto por las personas,
amabilidad al pedir algo, no ambicionar las cosas ajenas (esto quizá suene a
mandamiento pero no lo es), y sobre todo siempre me han dicho que debo de
tratar bien a las mujeres porque de una vengo. Todos estos excelentes
fundamentos son producto de dos mujeres maravillosas (mi tía y mi mamá), que
sin su ayuda no sería el buen hombre que hoy me considero. Por lo dicho anteriormente,
es por lo que no concibo la idea de tratar mal a las mujeres, pues merecen mi
respeto y admiración.
Recuerdo
perfecto cuando iba al bachillerato, sobretodo una relación que tuve en agosto
del 2006. La conocí, ella se llama Ana Gabriela Casilda Maya, cuando la mire y
vi su hermoso cabello y su tierna sonrisa, pensé que un ángel había caído del
cielo, pues nunca había visto mujer más maravillosa en este mundo.
Me
dispuse a hablarle, pero al estar frente a ella enmudecí, ya que los nervios me
consumieron y no pude expresar palabra alguna y decreté intentarlo al día
siguiente.
Para
el segundo intento me mentalice, tome valor y fui a enfrentarla. Al estar
frente a ella la salude y me correspondió el saludo con una sonrisa; es un
momento que nunca voy a olvidar pues fue de los instantes más felices en toda
mi vida. La invite a salir y acepto.
Al
siguiente día la lleve al cine y la invite a cenar. En la cena no pude
contenerme más y le confesé mi amor, ella quedo sorprendida (quizá porque no se
esperaba mi acelerada propuesta) y me respondió que mejor nos conociéramos un
poco mejor. Al borde de las lagrimas, por la decepción, conteste que sí.
Pero esto no logro suspender mi empresa, pues
estaba dispuesto a pasar por los mayores obstáculos y evadir cualquier problema
que se me presentara.
Comencé
por mandarle cartas, flores, chocolates y nada parecía convencerla del amor que
yo sentía por ella. Decidí subir de nivel y le lleve una orquídea y coloque una
manta enorme en la escuela que decía ¿quieres
ser mi novia? Y ella acepto. Esto me hizo muy feliz.
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